Lo que me emociona, lo que me motiva de este trayecto personal es estar construyendo, en el camino, información inexistente; es decir, que no es pública, que no se encuentra en internet, hasta hoy. Hace poco vi, nuevamente, Seven (David Fincher, 1995), y un pequeño diálogo entre los detectives Somerset y Mills se me quedó deambulando en la mente:

SOMERSET
Todo lo que hacemos es recoger las piezas. Recopilamos toda la evidencia, las fotos, las muestras… Lo escribimos todo y anotamos la hora en que ocurrieron las cosas. 

MILLS 
Sí, claro… eso es todo, ¿no? 

SOMERSET 
Lo ordenamos todo y lo archivamos, por si alguna vez se necesita en un tribunal… Es como recolectar diamantes en una isla desierta. Los guardas solo por si te llegan a rescatar, pero sabes que hay un enorme océano allá afuera. 

MILLS 
Son cojudeces.

Así me siento en estos momentos (como el detective Somerset, obvio). Quizá en el futuro, alguien —podría ser yo mismo— quiera estudiar otros aspectos de la secuencia de imágenes de la crucifixión en la película Jesucristo Superstar; como algún posible patrón, conexión o línea narrativa dentro de la propia colección de pinturas; los lugares donde fueron concebidas y realizadas cada una de las obras; detalles sobre la vida de los pintores; los pasajes bíblicos en los que se basaron los artistas para componer sus imágenes; etc. En este instante, por ejemplo, pienso en una ruta de la secuencia pictórica: dónde podría alguien ir a verlas, en persona, en la actualidad, ¿un mapa infográfico?, ¿por qué no?

No puedo negar, sin embargo, que a veces —muy pocas— soy Mills y siento que esto no sirve para nada y que a nadie le va a importar.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Quién le teme a Damien Thorn?

El "¿sabías que...?" de la saga de La profecía

La Leyenda de Misti Túpac