Breve debate acerca de la simbología de Cristo en la cruz: salvación versus control

“La crucifixión fue un mecanismo de tortura romano para castigar a los revoltosos de ese tiempo. Ahora este símbolo es usado con fines de socavar cualquier progreso espiritual que tengamos, porque es un ejemplo de lo que nos puede pasar si osamos liberarnos del ego… en plain English, “manage by fear”. Yo no creo que el Maestro Jesús, el Cristo, haya imaginado que lo recordaríamos así”.

(Mi amigo, el del comentario detractor hacia el primer post de esta serie)
Comentario al post anterior: “El Cristo de las Bernardas Recoletas

Creo que es necesario recalcar que este viaje a través de las obras de arte incluidas en la secuencia pictórica inserta en el tema Getsemaní, en la película Jesucristo Superstar (Norman Jewison, 1973), no es un ensayo teológico, histórico o bíblico sobre la pasión o la crucifixión de Cristo, por lo que no pretende analizar el significado religioso de la imagen de Cristo en la cruz. Es simplemente un relato testimonial sobre mi búsqueda, identificación, reseña histórico artística y apreciación de cada una de las pinturas de dicha secuencia, matizado con algunas reflexiones e impresiones íntimas en torno tanto al musical teatral Jesucristo Superstar como al filme.

No obstante, para no dejar en el aire el comentario crítico de mi amigo, recurro a otro amigo mío, el filósofo y teólogo Hernán Yamanaka, quien ya ha sido referido anteriormente en esta serie —y en este blog—. Su respuesta es contundente e irrefutable:
  1. Sí, la crucifixión fue un modo de ajusticiamiento que el Imperio reservaba a los criminales contra el Estado, aunque también a los delincuentes de la peor calaña. Memorable los kilómetros de crucificados tras la fallida rebelión de Espartaco, por citar un ejemplo.
  2. No veo cómo la cruz o el Crucificado sea “usado con fines de socavar progreso espiritual”, menos aún que pueda ser visto como una amenaza presente. La crucifixión de Jesucristo, teológicamente dicho, fue un acontecimiento único e irrepetible; su significado salvífico (no descubierto, pero sí proclamado por Pablo) pertenece al Crucificado y solo a Él. No es un signo de censura, sino de liberación por Cristo.
  3. No podemos saber cómo imaginó Jesús el ser y hacer de sus futuros seguidores, pero a partir del Evangelio podemos ver que no los quiso temerosos ni sometidos, sino audaces y libres continuadores de su causa: la llegada del Reino de Dios, centro de su predicación.


Este post forma parte de la serie “Tras la secuencia pictórica de la crucifixión en el Getsemaní de Jesucristo Superstar”.
Post anterior: El Cristo de las Bernardas Recoletas.

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