La Leyenda de Misti Túpac
Por José Manuel Garay Bustamante.
Cuenta la leyenda que, muchos años antes de los incas, vivía en las tierras de lo que ahora llaman Arequipa un joven llamado Misti Túpac. Él era el jefe de una tribu de agricultores y pescadores; pero su carácter era explosivo y muy colérico. Tenía poderes sobrehumanos, pero los usaba para el mal. Mucha gente se burlaba de él, por sus pensamientos y cóleras. A veces, se sentía tan extraño consigo mismo que hacía sufrir a la gente, e incluso los mataba con sus poderes mentales.
Los dioses conversaban sobre qué hacer con Misti Túpac, porque se estaba portando muy mal. Entonces, el dios del fuego —que había escuchado atentamente—, al ver lo injusto y brutal que era Misti Túpac con sus súbditos, quería darle una lección y detener el sufrimiento de la tribu.
Entonces, el dios del fuego subió a la tierra y se encontró con Misti Túpac, y le dijo:
—¡Tú, Misti Túpac, por tus actos, te voy a dar un castigo: serás un volcán, pero no un volcán cualquiera, sino un volcán dormido que nunca eche lava, para que no lastimes a más gente! ¡Estarás inmóvil y, a pesar de que luches con todas tus fuerzas, no te saldrás con la tuya!
El dios del fuego le lanzó un poderoso hechizo. Misti Túpac se quería defender con todos sus poderes, pero más fuerte era el dios del fuego y sus rayos de poder. Mientras que Misti Túpac se convertía en roca y aumentaba de tamaño, se oyó un grito que decía:
—¡Juro que mi venganza será implacable! ¡Lucharé para darles una lección!
El dios del fuego lo hizo un volcán dormido, tal como lo había dicho; es decir, que nunca echaba lava. Desde entonces, Misti Túpac lucha para romper con su maldición y destruir a las poblaciones cercanas. Cuando la gente ve que sale humo del volcán, es que Misti Túpac está luchando para cumplir su venganza. Por esa razón, el volcán se llama:
Cuenta la leyenda que, muchos años antes de los incas, vivía en las tierras de lo que ahora llaman Arequipa un joven llamado Misti Túpac. Él era el jefe de una tribu de agricultores y pescadores; pero su carácter era explosivo y muy colérico. Tenía poderes sobrehumanos, pero los usaba para el mal. Mucha gente se burlaba de él, por sus pensamientos y cóleras. A veces, se sentía tan extraño consigo mismo que hacía sufrir a la gente, e incluso los mataba con sus poderes mentales.
Los dioses conversaban sobre qué hacer con Misti Túpac, porque se estaba portando muy mal. Entonces, el dios del fuego —que había escuchado atentamente—, al ver lo injusto y brutal que era Misti Túpac con sus súbditos, quería darle una lección y detener el sufrimiento de la tribu.
Entonces, el dios del fuego subió a la tierra y se encontró con Misti Túpac, y le dijo:
—¡Tú, Misti Túpac, por tus actos, te voy a dar un castigo: serás un volcán, pero no un volcán cualquiera, sino un volcán dormido que nunca eche lava, para que no lastimes a más gente! ¡Estarás inmóvil y, a pesar de que luches con todas tus fuerzas, no te saldrás con la tuya!
El dios del fuego le lanzó un poderoso hechizo. Misti Túpac se quería defender con todos sus poderes, pero más fuerte era el dios del fuego y sus rayos de poder. Mientras que Misti Túpac se convertía en roca y aumentaba de tamaño, se oyó un grito que decía:
—¡Juro que mi venganza será implacable! ¡Lucharé para darles una lección!
El dios del fuego lo hizo un volcán dormido, tal como lo había dicho; es decir, que nunca echaba lava. Desde entonces, Misti Túpac lucha para romper con su maldición y destruir a las poblaciones cercanas. Cuando la gente ve que sale humo del volcán, es que Misti Túpac está luchando para cumplir su venganza. Por esa razón, el volcán se llama:
"El volcán Misti"
Leyenda escrita por: José Manuel Garay Bustamante
Dibujos en lápiz: José Manuel Garay Álvarez
Técnica de color (delineada) y coloreada por: José Manuel Garay Bustamante
Apoyo creativo: José Manuel Garay Álvarez
Coloreo de la cuarta imagen: Valeria Garay Bustamante
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