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Mostrando las entradas de abril, 2010

Two times in one day at the top of the Empire State

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Desperté en la ciudad que nunca duerme. Era nuestro tercer y último día en Nueva York —habíamos dejado para el final la visita a su punto más alto—. Dicen que uno puede vivir en Nueva York toda su vida, pero hasta que no la ve desde la cima del edificio Empire State, realmente no ha visto la ciudad. En ese momento, no tenía idea de que no la vería una, sino dos veces. The first time Llegamos a la esquina de la Quinta Avenida y la calle 34 Oeste, el corazón mismo de Manhattan, cerca de las diez de la mañana. Una mirada hacia arriba y se sentía el vértigo tratando de ubicar el último piso del imponente edificio. En la entrada compramos los tickets (USD 19 adultos y USD 13 niños) y luego nos dirigimos al vestíbulo, que mantenía el estilo art decó de los años treinta. Allí debíamos hacer la cola para subir a los ascensores. Es importante mencionar que en nuestro grupo iba un sobrino mío en silla de ruedas, razón por la cual en casi todos los puntos de control y revisiones de seguridad nos