"El primer milagro" recargado!

Hace muchos años, en el antiguo Israel, vivía un niño llamado Jacob. Era el hijo único de un humilde pastor, que había quedado viudo un tiempo atrás. Padre e hijo habitaban una pequeña casita de adobe en las afueras del poblado de Betfagué. 

Una mañana, muy temprano, el padre de Jacob lo despertó exaltado:
—Hijo, levántate ya. ¡Anda vamos!
—Papá, pero es sábado... —decía Jacob, aún con los ojitos cerrados.
—Hágame caso, mi niño. ¡Le tengo una sorpresita!
—¡¿Sorpresa?! —Esa palabra terminó de quitarle el sueño.




Vista panorámica del actual Betfagué, desde el Monte de los Olivos.

Hace tres años, dejé (una vez más) en pausa mi primer proyecto literario, El primer milagro. En realidad, ya le había echado tierra al cuento que escribí allá por el 2008; después de que los argentinos que supuestamente me apoyarían con la ilustración —LaMaReNCoCHe, o algo así— se olvidaran de mí.

Jacob y el burrito. Ilustración de María Fernanda Coronel (LaMaReNCoCHe).

Un par de meses atrás, respaldando y ordenando mis documentos en la computadora, encontré el archivo en Word donde lo tenía grabado. Bastó una ojeada a las primeras líneas, para darme cuenta que necesitaba una revisión (bastante más de puntuación, que ortográfica). No obstante, le reenvié el archivo a Miroslava Dietz.  Y es que, al ser un cuento para niños, qué mejor que ella —educadora de nivel inicial— para darme una opinión profesional. ¡Le encantó! De esa manera, el proyecto se encaminó nuevamente.

Me tardó varios días el revisar el texto completo —en realidad, fueron varias pasadas—: el "Chico Loco" me hizo algunas observaciones (como que Betfagué estaba en Israel y no en Palestina), y el sitio web más genial de todos —la Real Academia Española— me sirvió como guía en todo momento (sobre todo, para el correcto uso de las rayas y comas).

Ahora, con el apoyo de M, lo estoy registrando en Indecopi. Llené el formato de "Solicitud de Registro de Obra Literaria", descargable del sitio web, y luego del pago de los 195 nuevos soles, presenté la solicitud, adjuntando también el cuento impreso.

El paso siguiente: la ilustración. Además de Jacob y el burrito, María Fernanda Coronel llegó a enviarme unos dibujos más, entre los que destaca el del padre de Jacob. De todos modos, me gustaría ver otras alternativas, opciones, estilos para las tres o cuatro imágenes que tengo en mente —el "Chico Loco" fue muy explícito cuando me dijo que sin una buena carátula, el cuento no llamaría la atención—. 

Hace unos días pasé por la sede principal de Petroperú y vi el afiche del concurso Premio Copé 2012, un concurso literario impulsado por la petrolera, que se organiza cada año, desde 1979, con el objetivo de consolidar y promover la narrativa y prosa como género literario, en las categorías de cuento, poesía, novela y ensayo. "Y por qué no?", pensé de inmediato. Así que mañana lo estaré presentando y, quién sabe, quizás me gane los 30,000 nuevos soles... quizás sea mi primer milagro... :)

Comentarios

Anónimo dijo…
Efectivamente tu cuento es muy bueno ... y tu sabes que mi punto de vista es muy objetivo e imparcial. Te felicito u mucha suerte en el concurso.
Atentamente: "M"

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