¿Qué relación tiene, para mí, el libro "Peruanas ilustres" con el orgullo ajeno?

¿Qué es el orgullo ajeno? José Sánchez Lugo lo definió hace algunos meses en su blog como el producto de "situaciones en las cuales los protagonistas tienen alguna vinculación con nosotros pero que no somos nosotros mismos responsables de lo que ocurre y que por esa razón nos sentimos orgullosos de estar asociados a ellos". Pues algo así me sucedió el jueves pasado por la noche en la Biblioteca Municipal de San Isidro, en la presentación del libro de Alejandro Neyra: Peruanas ilustres.

Tapa del libro Peruanos ilustres de Alejandro NeyraPara empezar, jamás había estado en la presentación de un libro. Días antes me había llegado la invitación a través del Facebook, y me animé a aceptarla por tratarse del Ñato, como llamábamos a Neyra en el colegio. De mi compañero de promoción tenía poca información. Sabía que había estado trabajando un tiempo en Ginebra, como diplomático; y que ya había vuelto por estos lares. El saberlo escritor me causó alegría y algo de ese "orgullo ajeno" del que refería en el párrafo anterior. Más aun cuando, en el texto de la invitación, se mencionaba que Neyra había escrito anteriormente otro libro, llamado Peruanos ilustres. Simplemente no podía faltar a ese evento.

Cuando llegué al salón de la Biblioteca Municipal, la presentación ya había comenzado. En la entrada estaban vendiendo ambos libros, así que aproveché en comprarlos. Me ubiqué en uno de los pocos asientos vacíos que quedaban y traté de localizar alguna cara "lasallana". Por ahí vi a Hurtado, a Paredes, a Ruiz; y, por supuesto, en la mesa de honor, estaba Neyra junto con sus invitados y su editor.

Mientras los invitados iban comentando acerca del libro, yo iba ojeando la solapa: bachiller en Literatura y en Derecho, diplomático y escritor. Y por supuesto, caí en cuenta que son casi dieciocho años desde que salimos de La Salle. "Neyra sí que ha estado ocupado" - pensé. De pronto, escuché algo que me trajo de vuelta al salón de eventos: "Amantaní" - me había parecido escuchar. Efectivamente, una de las invitadas de Neyra estaba leyendo un pedazo de uno de los cuentos. Al parecer una de sus "peruanas ilustres" emprendía un viaje imaginario desde Londres hasta Amantaní (Puno). Me hizo recordar mi viaje a dicha isla en medio del lago Titicaca.

Tapa del libro Peruanas ilustres de Alejandro NeyraHace unos años escribí acerca de mi regreso La Salle, 15 años después. Aquel día, Daniel Gamarra me hizo reflexionar sobre una característica particular de la amistad con los compañeros de colegio, comparada con cualquier otro tipo de amistad como la de los compañeros de la universidad, del instituto o del trabajo. Su teoría era que: "los de colegio" han compartido contigo tantas experiencias (sobre todo los que han estudiado juntos desde la primaria), han sido testigos y cómplices de tu desarrollo y transición de niño a adolescente, forman ya parte de ese nebuloso recuerdo de lo que para muchos es la etapa más feliz de la vida; que sus éxitos y fracasos, alegrías y penas, simplemente "te tocan" más. Las llegas a hacer tuyas. Con ellos no existen los celos profesionales, la competencia, los puestos de trabajo, ni nada parecido. Ellos son los niños que se sentaban contigo en carpetas de madera, allá cuando tu única preocupación era cuántas tareas llevabas a casa.

Luego de un rato, el micrófono llegó a manos de Neyra. Agradeció a quienes habían hecho posible la publicación de su libro, y compartió con los presentes las ideas, situaciones y motivaciones que le inspiraron a escribirlo. El hecho de verlo feliz, alcanzando una meta tan personal e importante en su carrera, me dio un gusto enorme. Cuando terminó de hablar, todos comenzamos a aplaudir. Por alguna extraña razón, no podía dejar de sonreír; y mientras seguía aplaudiendo, me percaté que mis otros compañeros de colegio... tampoco.

Comentarios

E.M.López dijo…
Paso a dejarte mis mejores deseos de Paz y Felicidad para tí y los tuyos, no solo para estas fechas tan especiales que se nos aproximan; sino para siempre.

Interesante tu post; lástima que aquí a España dificilmente llegan los libros editados al otro lado del Atlántico.. :(

Saludos y besos desde la otra bitácora.
Yani dijo…
Que orgullo es reconocernos grandes por dentro, y reecontrarnos con quienes compartimos tiempos en que reinaba la inocencia y nos sentíamos los dueños del mundo.

Galileus, un abrazo inmenso en estas fiestas y todo lo mejor para ti y tu familia.

Con mucho aprecio, yani&mich&luka
Marisa García dijo…
Felices fiestas, Galileus!
Un saludo,
Marisa.
Anónimo dijo…
El escudo de tu colegio dice: Indivisa Manent, lo unido permanece. Un abrazo Lasallano

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