Superstar

Teatro Segura, sábado 8 p. m., cuarta fila; la sala a oscuras, excepto debajo del escenario, donde el director musical ya daba las primeras instrucciones para el inicio de la obertura. Aquel inconfundible punteo de guitarra eléctrica solo confirmaba que esa noche se cumpliría uno de mis sueños de adolescencia.

Juan Carlos Salas fue quien sembró en mí el interés en Jesucristo Superstar, cuando yo tenía 12 años, prestándome unos cassetes con la música de la película, luego de una breve pero apasionada explicación de lo que se trataba. Intenté conseguir una copia en las tiendas de alquiler de videos, en Betamax y VHS, sin éxito. A los dos años, con un grupo del Oratorio María Auxiliadora, fuimos a una representación parroquial de la opera rock, y aunque la producción y el sonido no eran de primera, pude apreciar la obra y asociarla con la música, con la que ya había quedado cautivado. Al año siguiente, durante Semana Santa, se anunciaba en la tele, la transmisión de la película, la cual tuve que ver en mi TV en blanco y negro, en mi habitación un Viernes Santo por la noche. Enseguida me convertí en un fanático de esta pieza de arte, creada por Andrew Lloyd Webber (música) y Tim Rice (letra) en 1970.

Y es que la obra es impactante y controversial de principio a fin. A medida que desarrolla a los personajes alrededor de Jesúcristo durante su última semana de vida, uno va cuestionando e incluso comprendiendo las motivaciones y presiones que los llevan, luego, a influir en su muerte: Judas, Caifás, Anás, Herodes y Pilatos. El mismo Cristo, representado únicamente en su lado humano, llega a cuestionar a su propio Padre, respecto de su misión en la Tierra —particularmente, considero al tema "Getsemaní" cantado por un Jesús triste, cansado y al borde de la desesperación, como el que refleja todo el sentido de la obra—.

La versión fílmica, en realidad, fue producida por Universal Pictures en 1973, luego del éxito teatral en Broadway y Londres. La dirección estuvo a cargo de Norman Jewison, y los papeles protagónicos a cargo de Ted Neeley (Jesús), Carl Anderson (Judas) e Yvonne Elliman (María Magdalena). La película fue filmada en Israel y en otras locaciones de Oriente Medio. Su banda sonora fue nominada al Oscar y vendió millones de discos en todo el mundo. En 1975 la versión teatral española de Jesucristo Superstar fue estrenada en Madrid, bajo la dirección de Jaime Azpilicueta, con los papeles protagónicos de Camilo Sesto (Jesús), Teddy Bautista (Judas) y la dominicana Ángela Carrasco (María Magdalena).

Ya cuando conocí el "poder adquisitivo" fui comprándome el disco LP de la banda sonora, la película en VHS, más tarde la película en DVD, y ahora último, la partitura original para piano. Incluso el primer regalo que me hizo la Ceci fue la banda sonora original (1970) en CD. Pero lo que siempre deseé fue asistir a una función de Superstar con música y voces en vivo.

El reciente sábado, en la mañana, leí en el periódico que ese era el último fin de semana de la temporada de Superstar en el Teatro Segura. Y aunque ya había asistido a diferentes puestas en escena —la última, en la Alianza Francesa de Miraflores—, el nombre de Denisse Dibós como productora de la obra llamó mi atención. Gracias a su gestión, la Asociación Cultural Preludio contaba con los derechos, otorgados por The Really Useful Group de Londres. La dirección estaba a cargo de Mateo Chiarella y el elenco estaba conformado por Marco Zunino (Jesús), Giovani Ciccia (Judas) y Roxana "Roxx" Heinrich (María Magdalena), entre otros actores y tenores. Toda esta producción solo podía merecer una cosa: música en vivo.

Ya ubicados en nuestros asientos y a pocos minutos de empezar la función, me llevé una enorme sorpresa. A metro y medio de distancia, estaba sentada Keyla Reyes, mi amiga y mentora del Oratorio María Auxiliadora, a quien no veía en 15 años. Me contó que estaba viviendo en California y que solo había venido por un par de días. Intercambiamos cuentas de correo electrónico y las luces del teatro se apagaron, quedando solo encendida la luz debajo del escenario, desde donde el director musical ya daba las primeras instrucciones para el inicio de la obertura. Esa noche viví un Superstar como nunca antes!

Comentarios

Ernesto dijo…
Pepillo!!!

Asi que te gustaban los espectaculos musicales, pues por España como que JC Superstar no seria de mucha acogida, pero por el contrario han pasado buenas cosas como Mi Fair Lady, Cats, Cabaret y de lo que he podido ver ha sido El fantasma de la Opera y Mamma Mia! y definitivamente el Fantasma es una cosa alucinante sobre todo por como se tienen que montar los escenarios moviles.
Marcel dijo…
Pepe,

Estuve buscando comentarios al Jesucristo Superstar de Preludio y encontré el tuyo. Muy directo y favorable. Sucede que soy fanático desde que la vi en Londres en el 96 y tengo el CD doble de esa puesta. No fui a la de junio 2006 pero me muero de ganas de ir a verla. Me la recomiendas? es cantada en español?? cantan todas las canciones?? qué me puedes decir que me entusiasme a ir a verla????...Muchísimas gracias...Hasta pronto colega fanático

Marcel
Galileus dijo…
Marcel:
Lamentablemente, la fecha en que sucedieron los hechos narrados en el post correspondió a la última función de la puesta en escena, allá por el 2006.

No la han vuelto a poner desde aquella vez.

Seguiremos a la espera.

Un abrazo, colega.

José M. Garay
Lima, Perú

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