Love of my life, you've hurt me...

Me quedé mirándola por un momento, de pie, apoyado en el marco de la puerta de su habitación. Esperaba que talvez, por alguna razón inexplicable, ella sintiera que me estaba yendo. No fue así, obviamente. Aun en la oscuridad, vi que en su rostro se dibujaba una tímida sonrisa: una señal muy suya de que había llegado a su nivel más profundo de sueño. Por un momento, hasta sentí celos de Morfeo, por tenerla en sus brazos —o por verse tan a gusto en ellos—.

Una sábana blanca la cubría desde los hombros, contorneando generosamente su cuerpo desnudo. Mientras admiraba ese milagro de la naturaleza, recorría con la mirada cada detalle de su figura; no podía evitar regresar a lo que habíamos vivido horas atrás, aquella inolvidable noche de verano. 

Súbitamente, me embargó la angustia al recordar que esa era la última vez que la vería. Sentí la necesidad de respirar de su cuello una vez más, de besarla; pero no lo hice por temor a despertarla... ¿A quién quiero engañar?... No lo hice porque estando allí, de pie, apoyado en el marco de la puerta de su habitación, me sentía una "basura", un ser incapaz de acto alguno de pureza.

Y así, de la misma forma en que entré en su vida, salí de ella.

Comentarios

ludobit dijo…
la cancion de queen va perfecto como soundtrack a tu texto. muy bien pensado. un abrazo
p.d: te invito a visitar mi blog

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