Mi segundo encuentro con Pedro Suárez-Vértiz

A la hora del almuerzo del tercer día del evento Cisco Networkers 2006, en el Hotel Marriot, aun no se sabía quién se iba a presentar en la noche, durante el cierre del evento, en el Mangos de Larcomar. Se respiraba mucha expectativa al respecto ya que, como me contaba Elsye Estrada, en el cierre del evento en Argentina se había presentado Diego Torres, y en Brasil, una cantante super-conocida por allá.

Por la noche, llegué tarde al Mangos, cerca de las 9:30 p. m., y el estelar había comenzado hace más de una hora. El restaurante había sido modificado totalmente para poder albergar a las 350 almas que en ese momento disfrutaban del espectáculo: el estrado, las luces, el sonido, la banda, y principalmente, la música de uno de los rockeros más importantes del país: Pedro Suárez-Vértiz.

Por un momento me remonté al año 1989, cuando asistí por primera vez a un concierto de rock, en la Concha Acústica del Campo de Marte, a tres cuadras de mi casa. Se trataba de la banda Arena Hash, liderada por el —ya por entonces— irreverente músico. Y aunque nunca había experimentado lo que era una resaca (yo tenía 14 años), me sabía a la perfección la canción "Cuando la cama me da vueltas". Aquella noche de incipiente euforia tomé una decisión: quería ser rockero; pero esa historia talvez forme parte de un futuro post.

Acerca del gran PSV, como lo llamaba Carlos Galdós, ya como solista logró consolidarse, gracias a su talento y carisma, como un "profeta en su tierra", innovando el género musical con ritmos y temas que reflejaban las vivencias y los diversos fenómenos sociales identificados mayormente con la juventud.

"Cuando pienses en volver" fue la última canción de Pedro, la noche del Mangos. Y mientras la tarareaba sentía orgullo ajeno, por aquel músico peruano ya consagrado, que supo perseverar en su sueño.