Gracias, Julia Cameron 😍

Cerca de mediados de este año, en mi búsqueda de una mejor comprensión y aprovechamiento del color en mis fotografías, llegué a Martin Casas, artista argentino apasionado de la fotografía, el cine y la divulgación del arte. En uno de los foros de su comunidad, Teoría del color online, el propio Martín le recomendaba un libro a una pintora que por aquel momento se encontraba bloqueada. Me llamó la atención el término bloqueo creativo, que por cierto me hacía mucho sentido, y más aún, que el problema tenga solución. Entré al enlace que Martin dejó en el foro y comencé a leer las primeras páginas del libro. Inmediatamente quedé enganchado. Y como el PDF disponible en la web era horrible (casi imposible) de leer, logré ubicar una edición impresa en una librería en mi ciudad, y dos días después ya tenía en mis manos el libro que me cambiaría la vida: El camino del artista, de Julia Cameron.

Se trata de una guía para liberar el potencial creativo, pero no es cualquier libro de autoayuda. Está basada en los talleres de creatividad que la propia Julia Cameron impartió por casi doce años desde 1978, en Manhattan, Nueva York. Cameron había logrado superar el alcoholismo y otros vicios adoptados erróneamente para hacer brotar su creatividad, cuando comenzó a enseñar a otros cómo desbloquearse. Poco a poco, el material de sus talleres comenzó a ayudar en la rehabilitación creativa de muchas personas alrededor del mundo, en distintas disciplinas y manifestaciones artísticas, como la escritura, pintura, música, danza, cine, teatro, fotografía, etc. El material fue condensado y organizado en un curso de doce semanas (o pasos) y se publicó en 2002. Se ha traducido a más de veinte idiomas y se ha vendido más de un millón de ejemplares.

El arte es una transacción espiritual”, es literalmente la primera frase que encuentras en la introducción. Y es en realidad el primer abre ojos que plantea el libro. No tengo formación en arte, así que no sé si esta sea una afirmación demasiado obvia o una verdad absoluta que todo artista debería saber. Pero para mí; técnico en Sistemas, docente y administrador de empresas, de profesión; fue un momento revelador. Julia Cameron incluso va más allá (y bastante). Explica que la creatividad, artística o del tipo que fuere, fluye naturalmente cuando se logra habilitar una especie de conducto bidireccional entre el artista y su Creador. Y cuando hablo de su Creador, sí, me estoy refiriendo a Dios. No obstante, la autora no circunscribe esta experiencia espiritual a la experiencia religiosa necesariamente. Cameron le pide al lector que se permita llamar “Creador” a cualquier otra fuerza creadora o a la propia energía creativa del universo, y que abra los ojos a lo que comenzará a suceder como parte del desarrollo del proceso que ella plantea.

A medida que iba interiorizando los principios básicos de la creatividad, las herramientas para liberar la mente de los obstáculos que le impiden pensar creativamente, las actividades para nutrir a mi artista interior, y las tareas que semana a semana me planteaba el libro, fui abriendo los ojos y pude comprender que esto era mucho más que un mero manual para desbloquear la creatividad. Había llegado a un lugar nuevo en mi camino —curiosa y misteriosamente similar a un tramo que ya había recorrido en mi adolescencia—, en el que ya no estaba solo. Tomé la decisión de abrir nuevamente ese conducto entre yo y mi Creador. Y a partir de ese momento, las cosas comenzaron a cambiar, en casi todos los aspectos de mi vida.

La autora afirma que “Uno de los más importantes [cambios] será el descubrimiento de la sincronía: nosotros cambiamos y el universo lo asume y lo multiplica. Uso una frase irreverente para resumir esto, y la tengo pegada en la mesa donde escribo: ‘Tírate y aparecerá la red’. Como artista y como profesora sé que si tenemos fe en el acto creativo, el universo está dispuesto a responder. Es algo parecido, en el campo, a levantar las compuertas de riego: una vez que se abren, el flujo es imparable”.

No solo creo que esta afirmación sea cierta, yo lo sé.

¡Gracias, Julia Cameron!

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¿Quién le teme a Damien Thorn?

El "¿sabías que...?" de la saga de La profecía

La Leyenda de Misti Túpac