Volviendo al futuro

Hacia fines de los ochenta, un buen día, mi padre trajo una máquina pequeña y extraña; nos dijo que servía para ver películas "como en el cine, pero sin salir de casa". Se trataba de un reproductor de videos Betamax, de esos que se habían puesto de moda en Lima —las salidas al cine habían dejado de ser "atractivas" para los limeños, debido a los temores generados por el terrorismo y a las restricciones económicas de aquel entonces—. Esa misma noche, como para probar el Betamax, papá había alquilado una película llamada Volver al futuro: mi vida ya no volvería a ser la misma.

El filme trataba de un chico que retrocedía en el tiempo, conocía a sus padres, y su madre se enamoraba de él; tres de los elementos psicológicos más poderosos, creo yo, que pueden explotarse en una narración. La idea de poder viajar a través del tiempo, en primer lugar, es algo tan fascinante como inalcanzable; conocer a tu padre o madre cuando era joven, y hasta ser su amigo, genial hasta las lágrimas; y finalmente, que tu madre se enamore de ti, la sublime materialización del conflicto edípico... ¿Qué más se podía pedir a los 12 años?


El papel protagónico estaba a cargo del chico de moda del cine y la televisión de aquellos años: Michael J. Fox. Su personaje, Marty McFly, era el típico adolescente americano de la época: descuidado, inconforme y algo rebelde, en búsqueda de un destino más grande del que le había tocado —y por supuesto, con el sueño de convertirse en una estrella de rock—. Había entablado una entrañable amistad con un peculiar científico llamado Emmet "Doc" Brown, interpretado por Christopher Lloyd: la influencia positiva y modelo paterno, con la dosis de emoción que Marty necesitaba, ya que tenía una familia mediocre y bastante disfuncional... ¡algo que estaba a punto de cambiar!


Robert Zemeckis (director) y Bob Gale (guionista), amigos desde la Escuela de Cine de la Universidad del Sur de California, tuvieron siempre la esperanza de que algún día harían una película sobre el viaje a través del tiempo. En 1980, cuando concibieron Volver al futuro, no pensaron que sería uno de los mayores éxitos de taquilla de todos los tiempos, que tendría no una sino dos secuelas, y que se convertiría en una trilogía con una recaudación a nivel mundial cercana a los mil millones de dólares. Sin embargo, primero tuvieron que pasar por el rechazo de importantes estudios fílmicos —como Columbia y Disney—, antes de lograr iniciar la pre-producción con Universal, incluso formando equipo con un grande del cine: Steven Spielberg.

En una entrevista, Gale comentó que Volver al futuro y sus secuelas se basaron en la premisa "crea una expectativa y luego satisfácela". Por su parte, Zemeckis contó que prefería rodar historias que solo resultasen posibles en el cine, y que no solo recogieran la vida, sino que fuesen más grandes que la vida misma. El producto final fue un mix alucinante e impredecible de aventuras, emociones, efectos especiales, personajes enloquecidos y mucho —pero mucho— humor.

En 1939, en la feria industrial New York World's Fair, se predecía que a finales del siglo XX los automóviles volarían. Para Volver al futuro: Parte II (1989), la Industrial Light and Magic, creadora de los efectos especiales para la trilogía, usó modelos a escala, sistemas ópticos y trucos de animación para hacer realidad la profecía de los carros voladores. Quizás Gale y Zemeckis fueron demasiado optimistas —al igual que los futurólogos de 1939— al ubicar el "futuro" en el año 2015 (dentro de dos años). Comentario aparte merece esta y otras predicciones equivocadas del supuesto futuro, lo que no desmerece —ni mucho menos—lo que representó (y representa), para sus seguidores, la saga de Volver al futuro.

La semana pasada, mientras ordenaba y limpiaba un poco la casa, encontré, en una de mis cajas de cosas guardadas, una vieja revista. Se trataba de la traducción española del libro oficial de la trilogía —en España, el título era "Regreso al futuro"—, publicada en 1990. Recuerdo bien que conseguí esa revista a través de un trueque que hice con mi compañero de colegio, Emilio Figueroa, hace más de 20 años.


¿Y qué representa Volver al futuro para mí? La respuesta la encontré en esa vieja revista, en la parte en que el doctor Emmet Brown explica el propósito de haber creado la máquina del tiempo: "para poder conseguir una percepción más clara de la humanidad: dónde hemos estado, adónde vamos, las trampas y las posibilidades, los peligros y las promesas... quizás hasta una respuesta a la pregunta universal: ¿Por qué?".

Fuentes:
Internet Movie Database [IMDB]. (2013). Regreso al futuro. Recuperado de http://www.imdb.com/title/tt0088763/
Klastorin, M. & Hibbin, S. (1990). Regreso al Futuro: Revista oficial de la trilogía fílmica. Ediciones Zinco: Barcelona, España.
Wikipedia. (2013). Back to the Future. Recuperado de http://es.wikipedia.org/wiki/Back_to_the_Future

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