Dime con quién andas...

Cuando era un adolescente mi viejita¹ me sentenciaba repitiendo: "Dime con quién andas y te diré quién eres", como una manera muy suya de alejarme de las "malas juntas". Si bien es cierto, ella me explicaba el refrán cada vez que me lo lanzaba, nunca se lo llegué a "comprar" del todo.

El otro día, estudiando para mis exámenes finales, me encontraba leyendo mi libro de Deontología Profesional y llegué a la parte en la que se desarrollaba el concepto de la actitud moral fundamental². En el libro se citaba a Eduardo Schmidt; quien, en su obra Ética y negocios para América Latina, escribió:

"Desde los primeros años de su vida, cada persona va asimilando, consciente e inconscientemente, una serie de valores éticos y morales, y también antivalores. En su infancia y su juventud este proceso es inconsciente y acrítico. Más adelante, acoge deliberadamente los valores que acepta y los que rechaza. A lo largo de los años, establece una jerarquía de valores primarios, secundarios y terciarios."

Y aquí es donde se pone mejor:

"Cada persona desarrolla sus hábitos y su actitud moral fundamental dentro del contexto de sus relaciones con los demás. Por este motivo son importantes los amigos que escoge. Asimila con mucha facilidad los valores y los antivalores de estas personas."

Inmediatamente cerré el libro y la imagen de mi madre apareció ante mí. Su voz repetía "dime con quién andas y te diré quién eres... ¡te lo dije!".

Obviamente la explicación del profesor Schmidt no deja lugar a dudas ni reclamos, sin embargo, me pareció tan tonto el que no se lo haya "comprado" a mi viejita cuando finalmente tenía tanta razón.

(¹) Mi viejita: mi madre
(²) Actitud moral fundamental: la que determina los valores éticos que la persona acepta como tales

Comentarios

E.M.López dijo…
Querido amigo; qué valiosas las palabras que nos regalas en este post. Este dicho de "dime con quién andas y te diré quién eres" también es muy utilizado aquí. Mi madre me lo repitió cientos de veces durante mi infancia... y aunque ya tengo cierta edad, aún lo sigue haciendo; creo que es una de sus formas de seguir protegiendome.
Bonitos recuerdos los que tus palabras han traido a mi mente!!

Saludos y besos desde la otra bitácora.

Entradas más populares de este blog

¿Quién le teme a Damien Thorn?

El "¿sabías que...?" de la saga de La profecía

La Leyenda de Misti Túpac