Buscando a Tiahuanaco

De todas las manifestaciones representativas de las culturas pre-incaicas, la que me causó más curiosidad desde niño fue siempre la Portada del Sol. Mientras el profesor Aparicio, en segundo grado de primaria, nos explicaba el legado que la cultura Tiahuanaco heredó a los incas, al ver la foto de la Portada del Sol en el texto escolar, me imaginaba cómo sería estar allí parado en la puerta, bajo el dintel esculpido en piedra. Aunque suene extraño, como que le agarré cierto cariño a esa imagen. Cada vez que la veía, me repetía a mi mismo: ¡Algún día estaré allí!

La noche acababa de bañar de un negro azulado el cielo del altiplano peruano. Me encontraba en la carretera, en un taxi, de regreso a la ciudad de Puno, luego de una no-tan-productiva tarde en Sillustani. Me sentía un poco molesto por no haber calculado bien la hora. Si tan solo hubiera llegado treinta minutos antes, hubiera fotografiado mejor las chullpas iluminadas por el Sol de la hora mágica.

En ese momento tenía dos opciones: regresar a Sillustani antes del amanecer o buscar mi siguiente destino: la Portada del Sol. Con la primera opción, podría capturar mejores fotografías de las chullpas, pero talvez no me alcanzaría el tiempo para conocer mi portal favorito.
- ¿Cómo llego a la Portada del Sol? Me han dicho que está cerca de Puno. - le pregunté al taxista.
- ¿La Portada del Sol? ¡Eso está en Tiahuanaco!
- Las ruinas de Tiahuanaco. Sí. ¿Cómo llego hasta allá? - insistí.
- Señor - la expresión de su rostro revelaba mi ignorancia - para llegar a Tiahuanaco, usted tiene que cruzar al lado boliviano.

Mi primera reacción fue de asombro. Por más de veinte años había pensado que la Portada del Sol estaba en Perú. Pero por otro lado, el llegar a ella implicaría cruzar la frontera, "perder paises" como diría Susana: algo que no estaba en mis planes. El bichito aventurero me había picado. El taxista me explicó que, siendo tan tarde, lo que podía hacer primero era llegar a Desaguadero y pernoctar allí. Sin pensarlo dos veces, le pedí que me dejara en la Terminal Terrestre. Dos horas después me encontraba nuevamente en la carretera, esta vez en un minibus (una "custer"), con mi cabeza apoyada en la ventana, mirando las luces de los poblados por los que íbamos pasando, emocionado por lo que me esperaba del otro lado de la frontera.

Despertando en la ciudad binacional

Llegué a Desaguadero (3,810 m.s.n.m.) alrededor de la medianoche. Cansado por el viaje, me hospedé en un pequeño hotel a media cuadra de la terminal. Fue una noche helada; la más fría de todo mi viaje por el Sur del país, incluso más fría que Amantaní. A las 6 AM los primeros ruidos de la ciudad me despertaron. El Sol alumbraba fuerte, así que salí a "fotear" un rato. Las calles comenzaban a poblarse de vendedores ambulantes. Como en toda ciudad fronteriza, abundaba el comercio (y el contrabando).

Luego de un contundente desayuno, con la mochila en la espalda, me fui a hacer los trámites para obtener el salvoconducto respectivo. Antes de las 9 de la mañana me encontraba cruzando a pie el Puente Internacional, sobre el Río Desaguadero, que une ambos países: Perú y Bolivia, y no sólo eso, sino que conecta las dos partes de la ciudad, es decir, que Desaguadero tiene su lado peruano y su lado boliviano. Lo que me pareció peculiar es que cada lado tiene su propia iglesia catedral y su propia plaza central.

Iglesia de Desaguadero (lado peruano)Iglesia de Desaguadero (lado boliviano)
Un limeño en suelo boliviano

Kilómetros atrás habían quedado el Puente Internacional y la ciudad de Desaguadero. Ya me sentía acostumbrado a estos viajes en minibuses y "combis". Me ponía a observar a la gente con la que viajaba, sus rasgos, sus atuendos, su forma de hablar el aymara. Me sentía extraño y a la vez un poco nervioso, por encontrarme solo en un país ajeno; trataba de no pensar en las cosas malas que podían sucederme. Me relajaba mirando afuera, a través de la ventana.

- ¿Quién se baja en Tiahuanaco? - gritó de improviso el conductor.
- ¡Yo bajo! - le advertí mientras me abría paso por entre los pasajeros que viajaban parados.

Crucé la pista y me subí a una "combi" que me dejaría cerca de las ruinas. Caminé cerca de diez minutos por una vía ferroviaria, bajo el intenso Sol de mediodía, hasta que al fin llegué al complejo arquitectónico. ¡Ya estaba en Tiahuanaco!

1,580 a.C. a 1,200 d.C. - Altiplano boliviano

El origen de Tiahuanaco, según estudios de los arquélogos, se remonta a la Era Axial (período de surgimiento y desarrollo de las grandes culturas clásicas: Mesopotamia, Egipto, India, China y Grecia), por lo que muchos científicos han afirmado que se trataría de la cultura más antigua de América del Sur, la cuna del hombre latinoamericano.

La mitología atribuye al génesis de Tiahuanaco, varias versiones: la de la diosa proveniente de las estrellas que llegó a estas tierras para crear a la humanidad o la del dios Wiracocha (Dios de las Varas o Báculos) quien creo al mundo y a los primeros hombres desde las alturas del altiplano, a casi 4,000 m.s.n.m., quienes tuvieron que aprender las más complicadas técnicas agrícolas para superar el inclemente clima.

El lugar donde me encontraba originalmente se llamaba Taipicala, y fue la ciudad capital de Tiahuanaco, el centro político-religioso del imperio, y una de las ciudades más antiguas del continente. En esa planicie, en los primeros siglos de nuestra era, se habían levantado ya grandes complejos arquitectónicos como templos, pirámides y fortalezas, de los cuales quedan hoy solo ruinas.

Así como es misterioso el origen de los Tiahuanacos, lo es su desaparición. Se barajan diversas hipótesis como la de un desastre natural o la de invasiones periódicas por parte de aguerridas tribus aymaras o la de la fusión con la última de las culturas pre-incas: la Wari o incluso la que conecta el fin de Tiahuanaco con el génesis del gran imperio de los Incas.

La Portada del Sol

Luego de visitar el muy bien implementado Museo de Sitio ingresé al área arqueológica, la cual ocupa alrededor de 50 hectáreas. Gracias a un folleto que me habían dado, sabía que en las ruinas del Palacio o Templo de Kalasasaya, encontraría el portal lítico. Siguiendo la ruta de mi folleto, caminé alrededor de cuarenta minutos por entre los monumentos, templetes, monolitos, hasta que finalmente subí al nivel más alto de Kalasasaya, y en una de las esquinas me encontré frente a frente con la imponente Portada del Sol.

Un bloque de piedra andesita de casi 3 metros de alto por 4 de largo, con un peso estimado de 10 toneladas, en cuyo dintel se encuentra esculpido el mismísimo dios Wiracocha en el centro rodeado de hileras de seres alados, las cuales, se sabe hoy, conformaban un calendario solar agrícola, lo que evidencia el conocimiento astronómico que poseían los antiguos hombres del altiplano.

Dejando atrás a Tiahuanaco

Mientras caminaba hacia la salida del complejo arquitectónico, me sentía emocionado. Me inundaba una especie de satisfacción personal por haber llegado hasta allá y haber podido cumplir uno de mis pequeños sueños de la niñez, de esos que a veces con el tiempo se olvidan o pasan a ser mucho menos que importantes.

De regreso, desde la ventana de la "combi", se podía apreciar el hermoso paisaje de la Meseta del Collao. Desde Tiahuanaco hasta Guaqui, los pastos andinos matizaban de verde y amarillo las tierras de cultivo y en el último tramo, bordeando el Titicaca hasta Desaguadero, con los nevados de la cordillera de los Andes de fondo, los azules del lago combinaban en armonía con los azules del cielo. Me sentí feliz.

Comentarios

Ernesto dijo…
Asi que en el lado boliviano, es una cosa que omiten de manera "casual" en nuestros libros de historia.... tomo nota de ello.
La verdad que yo tampoco sabia que Tiahuanaco estaba en Bolivia. Para mi en realidad todo es una misma cosas. viste que pasar a Bolivia no es mucha diferencia de haberte quedado en Peru. Pero por cultura general, es bueno que me hayas iluminado con la info correcta. Que buenas tus fotos y como relatas tu llegada hasta alaa! me has transportado!
Gabriel dijo…
Pucha, qué envidia, yo estuve por el Titicaca en el 99 pero no pude visitar monumentos, me quedé sin plata en Desaguadero, y tenía que llegar a Santa Cruz lo más rápido posible.
La Dulce Luna dijo…
Dulce Galileus, verdaderamente a estas horas de la noche aquí en España, estoy encantada de haber leído todas tus peripecias para llegar a tu ansiada Portada del Sol. He aprendido geografía, historia y...además he viajado...¡qué suerte, gracias!

Buenas noches dulce amigo
Juan Arellano dijo…
Bueno, yo siempre supe q Tiahuanaco estaba n Bolivia, ¿Quizás antes enseñaban mejor? ¿O m tocó un buen profe d historia? jeje. Estuve 2 veces en Puno pero nunca m animé a cruzar a frontera, quizás la próxima. Saludos.
Magnifico artículo el que desarrollas sobre Tiahuanaco, tanto por su contenido como por su documentación fotográfica. Fenomenal, ya se un poquito más sobre Bolivia, a parte de que por aquí tengo un grupo de amigos que interpretan folclore andino y se llaman también "Tiahuanaco". Felicidades y un abrazo desde "Panorámica Cazorlense".
niklaüss dijo…
Galileus, excelentes y hermosas fotos las tuyas. Te felicito por el país que tenés: sus riquezas históricas son infinitas ya la clase de gente es de lo mejor.

Estuve por allí hace dos meses con mi novia. Recorrí casi todas las ruinas de Cusco, Machu Picchu y Lima.

Bueno, te felicito nuevamente por la calidad de las fotografías.

Saludos desde Buenos Aires.
Jesus Dominguez dijo…
Espero tener la oportunidad de conocer algún día esas tierras tan hermosas.

Un saludo desde Andalucía.

www.jesusdominguez.blogspot.com
Anónimo dijo…
Los primeros investigadores que se encontraron ante las impoetentes ruinas, ante gigantescos bloques de piedra desnudos y abandonados bajo el ardiente sol, rodeados de un silencio mortal, vieron todo el panorama conteniedo la respiración de asombro.

Que bello todo eso, que placer visual.

Viste todo eso tú, amigo?

Besos tiernos y serenos,


** MARÍA **
Patricia dijo…
Que lindas fotos!!!!! (Que tipo de camara usas?) Y muy interesante el relato del viaje lo cuentas muy bien, tanto que me han dado muchisimas ganas de ir! (Y bueno a mi tambien me sorprendio cuando me entere que la puerta del sol estaba en Bolivia)
José Soriano dijo…
Maravilloso relato. Me recuerda mis propias vivencias hace mucho tiempo en esas zonas.
fraterno
js
Freddy Gómez dijo…
Hola Galileus, gracias por este post, me has animado a publicar mis fotos de las fascinantes ruinas de Tiahuanaco. Saludos.
Anónimo dijo…
Hola me gustó mucho como has contado tu experiencia:) estoy pensando en ir a tiahuanaco pero no cuentas como regresaste, hay taxis? Combis? Buses o algo para volver a desaguadero?
SanP.S10 dijo…
Hola, te felicito por la forma en como llegaste a conocer lo que tanto querias, te aventuraste a algo nuevo sin saber como terminaria.
quisiera que me ayudes con mi aventura, yo tambien quiero visitar Tiahuanaco y tambien estare llegando a Desaguadero en la noche, me puedes aconsejar que carro tomar de Puno a Desaguadero o que empresa? es seguro llegar a Desaguadero a la media noche?
Gracias de antemano, tu respuesta me sera de mucha ayuda.
Suerte y sigue viajando!!!!

Sandri

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