Mirada Eterna

Hoy no conozco más luz que la de tus ojos, y en la tiniebla de tu ausencia suspiro tu nombre. No soy más dueño de mi ser, mi corazón solo palpita si tú lo quieres así. He de aprender a vivir contigo en mi mente y tan lejos de tí, a morir para ser resucitado con una mirada tuya, tu eterna mirada, mi heroína, sedienta de mí.